En los últimos días, Europa se enfrenta a una ola de calor sin precedentes. Con la aceleración del cambio climático, las temperaturas alcanzan niveles nunca antes vistos: el 25 de julio se registraron 42,6 °C a las 16:32 en la estación de París-Montsouris.
Elegida desde hace más de 20 años, la cuestión de la adaptación de las ciudades al cambio climático siempre ha sido una de mis principales preocupaciones. Lamentablemente, observo que, desde la mortífera ola de calor de 2003, el modelo de urbanismo francés no ha dejado de agravar la situación: multiplicación de las superficies mineralizadas, artificialización de los suelos, disminución de los espacios naturales y vegetales…


¿El resultado? Nuestras ciudades se convierten en auténticos hornos en cuanto suben las temperaturas.
Estos tristes récords tienen repercusiones en nuestros cuerpos, especialmente en los de las personas más vulnerables. En Francia, 2213 escuelas se vieron obligadas a cerrar sus puertas el martes 1 de julio, ya que sus instalaciones no permitían acoger a los niños en buenas condiciones.

En mi libro Faire face à la canicule (Cómo hacer frente a la ola de calor), publicado en 2024, desarrollo varias líneas de actuación, inspiradas en particular en ciudades pioneras como Madrid, que ya ha creado espacios de refugio climático accesibles para todos durante episodios extremos. Entre las soluciones mencionadas se encuentran:

  • La vegetalización masiva de calles, patios escolares, tejados y fachadas.
  • Creación de corredores de aire para facilitar la ventilación natural.
  • Reducción del uso del coche para limitar las islas de calor y favorecer la movilidad sostenible.
  • Renovación urbana pensada con y para los habitantes.

Los climatólogos son claros: si nada cambia, nuestros veranos serán insoportables en 2050, especialmente en las zonas urbanas. Repensar la ciudad no es solo una cuestión de ecología. Es una cuestión de justicia social, salud pública y bienestar.

En lugar de «cocernos» o «huir», propongo actuar, ahora. Esta lucha es colectiva: representantes electos, profesionales del urbanismo, ciudadanos comprometidos… todos tienen un papel que desempeñar.

Para descubrir el libro:

https://www.editionsddb.fr/product/131242/faire-face-a-la-canicule/

¡Es hora de transformar nuestras ciudades para hacer frente al calor del futuro!

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