Con la reducción de la biodiversidad, nos enfrentamos a un reto global: el 75% del medio terrestre está gravemente alterado por las actividades humanas, al igual que el 60% del medio marino.
«El futuro acusa al pasado y convoca a Prometeo a la barra″[1], porque mañana puede que nuestros hijos ya no sepan qué es el rinoceronte negro africano, la foca monje del Mediterráneo o el visón europeo. El último informe de la IPBES de 2019 muestra un ritmo de extinción de especies «sin precedentes» y acelerado[2]. 2] La extinción de especies es 1.000 veces superior a la tasa natural de extinción[3] y está exclusivamente relacionada con las actividades humanas.

Nos enfrentamos a uno de los retos globales más importantes de nuestro tiempo: la reducción de la biodiversidad y de los servicios de los ecosistemas que sustentan casi todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El 75% del medio ambiente terrestre está ahora gravemente alterado por las actividades humanas, al igual que el 60% del medio marino. Al mismo tiempo, el número de especies exóticas invasoras ha aumentado aproximadamente un 70% desde 1970, tanto por el aumento del comercio como por el calentamiento global[4].

La salvaguarda de la biodiversidad debe basarse en la diversidad cultural en una alianza renovada de los pueblos para salvaguardar este bien común.

Serán necesarios cambios importantes para garantizar la conservación, el uso sostenible y la restauración de la biodiversidad de la que depende la vida humana. La pérdida de biodiversidad no es sólo un problema medioambiental, sino un gran reto para nuestras sociedades. Y su salvaguardia debe basarse en la diversidad cultural en una alianza renovada de los pueblos para salvaguardar este bien común.

Mientras aumenta la presión sobre los ecosistemas, vamos tomando conciencia de que el ser humano es una parte integrante de la Naturaleza, no una sobrecarga. En este contexto, es necesario desarrollar nuevas solidaridades con la biodiversidad y actuar concretamente para su preservación apoyando las iniciativas locales.

Con sus 88 Estados y gobiernos miembros y sus 300 millones de francófonos en el mundo[5], la francofonía puede y debe desempeñar un papel decisivo en la conservación de la naturaleza.

La movilización del mundo francófono en favor de la conservación de la naturaleza es esencial, sobre todo en el contexto de los acontecimientos internacionales clave de 2021-2022: el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN en septiembre de 2021 y la COP 15 de la ONU sobre Biodiversidad en 2021 y 2022. Como testimonio del compromiso del mundo francófono con el éxito de la COP y la aplicación efectiva del marco de biodiversidad post-2020, más de un tercio de los miembros de la Coalición de Alta Ambición para la Naturaleza y los Pueblos[6] son francófonos. Esta coalición pretende ampliar la superficie de las áreas protegidas del planeta, que hoy cubren el 15,4% de la tierra y el 7,6% del mar, hasta el 30% de las áreas protegidas en 2030, pero también la gestión eficaz de las áreas protegidas existentes y futuras.

Nosotros, los miembros francófonos de la UICN, también estamos convencidos de que la UICN y la conservación de la naturaleza tienen todo que ganar con el fortalecimiento de la red francófona. Esperamos que el Congreso Mundial de 2021 sea una oportunidad para dar un nuevo impulso a esta red.

Queremos reforzar el intercambio de experiencias y conocimientos entre los miembros para comunicarnos mejor y aprovechar nuestras complementariedades. Esto podría significar más reuniones y comunicaciones conjuntas sobre nuestras respectivas publicaciones en francés, y un intercambio más recurrente sobre los proyectos que cada uno está llevando a cabo.

También nos gustaría apoyar la puesta en marcha de más iniciativas locales y programas conjuntos. Por ejemplo, desde 2007, el Programa de Pequeñas Iniciativas (SIP), gestionado por el Comité Francés de la UICN con financiación del Fondo Francés para el Medio Ambiente Mundial y la Fundación MAVA, ha apoyado 245 proyectos de conservación de la biodiversidad y desarrollo de la población local dirigidos por 190 asociaciones en 33 países, principalmente en África Central y Occidental. Se han creado más de 500.000 hectáreas de zonas protegidas, se ha mejorado la protección de especies amenazadas y se han apoyado 120 proyectos de creación o apoyo a 25 sectores económicos sostenibles. Otros fondos, otros medios, podrían, de este a oeste, de norte a sur, reforzar estos programas de campo.

Leer más :

https://www.huffingtonpost.fr/entry/la-francophonie-peut-etre-le-lieu-de-nouvelles-solidarites-pour-proteger-la-biodiversite_fr_612f7e4ce4b04778bfff1989

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