El 31 de mayo de 2022, los jefes de Estado de la Unión europea discutieron el plan REPoverEU de la Comisión europea para responder a la crisis energética, acentuada por la guerra en Ucrania. Este plan prevé una inversión masiva en las energías renovables (ENR). En Francia, Elisabeth Borne, la primera ministra, anunció el 2 de junio una aceleración de su desarrollo. Nosotros apoyamos estos objetivos, pero llamamos a que la transición energética no se haga a expensas de la biodiversidad.
El reto de conciliar la protección de la biodiversidad y el desarrollo de las energías renovables es más actual que nunca para Europa y para Francia a través de la planificación ecológica. En este sentido, acogemos con satisfacción las propuestas de la Comisión Europea para la instalación de paneles fotovoltaicos en los edificios y para la identificación de zonas preferentes que excluyan automáticamente los lugares de la red Natura 2000, las zonas protegidas y los corredores de migración de las aves.
Cada proyecto de energía renovable debe ser objeto de un estudio de impacto riguroso, con una evaluación inicial completa de las especies y los hábitats naturales presentes, para medir sus impactos a nivel local y actuar para evitarlos, reducirlos y compensarlos.
Por último, es necesario invertir más para llenar las lagunas de conocimiento sobre la biodiversidad y evitar instalarse en zonas en las que los retos ecológicos sólo se perciben demasiado tarde, así como co-construir estos proyectos con los ciudadanos y todas las partes interesadas de las zonas.
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