Finalmente, tras dos largos años de espera, la 15ª Conferencia de las Partes (COP15) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) de la ONU se celebrará en Montreal (Canadá), bajo la presidencia de China, del 7 al 19 de diciembre. El evento reunirá a miles de delegados de todo el mundo, así como a representantes de las 196 partes del CDB, con el objetivo de debatir, negociar y tomar medidas globales para la protección de la naturaleza.

Hoy en día, es fundamental reconocer que la biodiversidad es la piedra angular de los ecosistemas del mundo. Conservar y utilizar de forma sostenible la biodiversidad es una forma de preservar la estabilidad de los ecosistemas de los que obtenemos servicios esenciales para nuestro desarrollo humano.

Sin embargo, en los últimos años, esta biodiversidad está disminuyendo a un ritmo alarmante. La presión que estamos ejerciendo sobre el medio ambiente está produciendo una importante crisis en la naturaleza, que a su vez está deteriorando nuestra capacidad de mitigación y adaptación al cambio climático. Como se desprende del último «Informe Planeta Vivo 2022» publicado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), desde 1970 el mundo ha perdido el 69% de su población silvestre. Y, sin embargo, seguimos sin poder cumplir los compromisos medioambientales ratificados en el Acuerdo de París y las 20 Metas de Aichi.

En este contexto de emergencia, la COP15 ofrece una oportunidad histórica para que los líderes mundiales adopten un contundente Marco Global sobre Biodiversidad que oriente la acción inmediata para un futuro respetuoso con la naturaleza. Este evento es la ocasión perfecta para reforzar las metas del marco post-2020 con objetivos más claramente especificados y con plazos definidos, así como con acciones más directas para combatir la pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Es necesario que las partes se centren en la búsqueda de soluciones que promuevan la conservación, el uso sostenible de la biodiversidad, los medios adecuados de aplicación y el reparto equitativo de los beneficios. En definitiva, la adopción de un marco global y equitativo que se corresponda con los recursos, tanto técnicos como financieros, necesarios para su aplicación. Siendo esta la situación en la que nos encontramos hoy debe quedar clara la urgencia de abordar este reto de forma inmediata con nuevos enfoques y soluciones a distintas escalas, así como con la plena colaboración entre los distintos actores del ámbito público-privado. La COP15 puede ser nuestra última oportunidad para pasar de las palabras a los hechos y avanzar así hacia un futuro más sostenible en el que tanto las personas como la naturaleza puedan prosperar.

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